sábado, 30 de octubre de 2010

De maniana

Esclavos de nuestros errores, que a capricho, aparecen cuando el dulce sabor de la satisfaccion empieza apenas a ser paladeado, saboreado; les gusta la sorpresa, se deleitan con el tambaleo que provocan. Porque la repentina aparicion? Para reiterarse como lo que son? Como una advertencia? Nunca ovidarlos. Sin la presencia de tan lastimosas y enriquecedoras lecciones una mascara acompaniaria el andar. Benditos tropiezos, condicionan al 'ser' que a la luz de este dia es manifestado.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Lluvia

Quisiera escribir tantas cosas, pero juegan conmigo; juegan a las escondidillas, se asoman de pronto, apenas dejando ver unos milimetros para captar mi atención y una vez conseguida de manera inmediata desaparecen, a la nada; podría decir que hasta escucho unas risillas casi imperceptibles y muy burlonas. O por el contrario también, se asoman todas de pronto, todas a la vez, atropellandose unas con otras y se dirigen hacia mi, apresuradas, arrasando a su paso cualquier mínimo pensamiento dominado que por supuesto, no desea ser escrito; emocionandome, incitandome hacia una de ellas y a otra,  y otra. Desesperada trato de pescarme a alguna, pero una vez que la percibo, que creo tocarla... fum! Desaparece...

viernes, 22 de octubre de 2010

Gente común... I

¿Cómo borrará la estupida sonrisa que parece se ha tatuado en su rostro?
Manejaba, inmersa en el recuento de las previas horas, saboreando una deliciosa y cálida miel que alimentaba todos sus sentidos sin tener muy claro el detallado origen de esta. Simplemente una sensación de fluidez la acompañaba ya hacia un rato, así como flotando, como si en esta ocasión fuera genuino miembro de esta generación "light" donde hasta el agua corriente que se toma le aporta un pequeño lastre, esas innecesarias calorias que acompañan a la supuesta unica misión de saciar la sed. Al aproximarse al crucero donde viraría a la izquierda para así alcanzar el destino final de los siguientes minutos, sintió la presencia de un malabarista de crucero que estiraba la mano hacia ella desde la ventanilla abierta opuesta; por un instante recordó las múltiples recomendaciones de no exponerse a ser sujeto de algún amante de lo ajeno frecuentemente olvidadas; pero el sobresalto inicial se tornó al instante en una cálida respuesta a la solicitud de una moneda. La rigídez de facciones del chico, regaladas por la vida en la calle, se transformó en una mueca de gran sorpresa al recibir la moneda, seguida por el esbozo de una sonrisa agradecida y a su vez coqueta; el motivo de la reacción del chico que cargaba en la mano opuesta un par de palos con unos trapos medio roidos y sucios a los extremos, le hizo conscientizarse de la imagen que su rostro brindaba al mundo en esos momentos. Definitivamente algo diferente había en ella que hasta era perceptible para un desconocido.  Ya en casa, en medio de lo autómata de sus movimientos y el deleite de esa sensación se introdujo a la estructurada rutina diaria. El odiado timbre del teléfono la sacó arrebatadamente de sus pensamientos, como cuando vas nadando, disfrutando de el abrazo completo a tu ser del flujo que recorre las arterias de nuestra tierra y debes emerger a recuperar tu verdadera condición para así seguir adoptando la ajena. Inmediatamente reconoció la familiar voz, cómo no la reconocería si la escuchaba a lo largo del día  en numerosas ocasiones. Una mezcla de frustración y fastidio se hizo presente porque no estaba muy afecta a echar el chisme banal y diario... Empezaron a fluir las palabras, pocas pero sustanciosas, sembrando a su paso un vacio en el estómago ...

jueves, 21 de octubre de 2010

Asesoria exitosa

Debo admitir que la tecnologìa me ha rebasado,pareciera, años luz; el rubor manifiesto por la alta temperatura que alcanzan mis ahora color escarlata cachetes a la par de la temblorina de mis dedos al teclear estas tan inseguras palabras ya a este punto me hace dudar que sea mi incompetencia en este mundo cibernètico lo que me ruboriza. Muchas veces he escuchado el "eres como una niñota" condiciòn que abiertamente la mayoria de las veces he disfrutado. Como cuando de repente elevo mi mirada al cielo, y descubro los rayos de sol pasando a travès de las nubes con un destello tan brillante como cegador. Creo que solo una niña se perderìa extasiada en esa màgica visiòn, olvidando toda la serie de menesteres que expectantes aguardan mi mìnima o detallada atenciòn. Pero en esta ocasiòn ¿en esta ocasiòn? En este instante es tan diferente, pareciera tortura con palillo chino, como dirìan por ahì. Lo sè! Me lo dicen mis atomatados cachetes y este calor que pareciera reventará mi cabeza, pero además es tan agradable.